junio 30, 2015

Secuestro: Epílogo II [Takachii]

   Al siguiente día, me sentía mucho mejor. Fui más intenso con el ensayo junto a Omura-san. Nos felicitaron por el empeño puesto. La presentación final, se haría dentro de un mes en Tokyo y que la academia de Osaka iría dentro de 2 semanas más para afinar los detalles.
  
   Cuando nos desocupamos, Omura me pidió que la acompañara al centro comercial, porque necesitaba comprar zapatillas de baile nuevas, me prometió no demorarse mucho y que me pedía ayuda solo porque era algo de lo que yo sabía. Le creí y le seguí.

   Fuimos a varias tiendas de todo Osaka, pero entre más locales ingresábamos, más indecisa estaba. Ya comenzaba a cansarme.

   —Omura-san, debo irme…—Le lancé.
   —Oh, pero…—Me miró con una expresión triste.
   —Lo sé, aun no compras, pero te he recomendado varias y no me escuchas. Si vamos a dar vueltas por todo el centro comercial de Osaka, debo decirte que no tengo tiempo para eso. Lo siento—. Volteé mi cuerpo para irme y estaba a punto de caminar, cuando me detiene.
   —¡Chinen-san! —Vociferó.
   —¿Uhm? —Medio giré, para dirigirle la mirada por el costado.
   —… —Ella apretó sus puños y se mantuvo en silencio.
   —¿Qué sucede, Omura-san?
   —No, nada… lamento pedirte que me acompañaras, pero si no querías, simplemente no debiste hacerlo.
   —No es no quisiera, Omura-san, pero tengo algo que hacer.
   —¿Y por qué no me dijiste eso, antes de decirme esas palabras tan hirientes y hacerme sentir así? —La chica comenzó a sollozar y no sabía bien qué hacer.
   —Omura-san…—Me acerqué a ella—. Lo siento yo…
   —Olvídalo, Chinen-san— Se apartó—. Vete y haz lo que debas, me las sé arreglar sola—Sus ojos se tornaron color indiferencia.
 
   Apreté mis labios y le vi irse. Mi mente me decía que lo correcto era seguirla, pero simplemente volteé y caminé rápidamente a la casa de Takaki.
   Cuando llegué, notó mi semblante extraño y de culpabilidad.

   —¿Qué te pasa?
   —N-nada… es solo cosas de la academia…
   —¿Y no soy de tu confianza para que me cuentes?
   —No es eso… simplemente, no quiero confundir trabajo con mi vida personal…
   —Ah…— Takaki rió y me lanzó un Joystick. —Vamos a jugar.
  
   Tomé el mando y me senté a su lado en la cama, hace tiempo que no jugaba con alguien. Puso un juego de zombies en donde los dos éramos un equipo y debíamos cubrirnos las espaldas.

   —¿Has jugado a este?
   —En mi vida…
   —Bueno, no es distinto a los demás, así que no creo que se te haga difícil.
   —Será mejor que me cubras bien.
   —Como tú ordenes…—Yuya sonrió ladino y comenzó el juego.

   De momento, iba probando para qué servían las distintas funciones y de a poco, le agarré más confianza al juego, hasta que ya me sentía seguro en una zona de confort.

   —¡Takaki atrás de ti!  ¡Dispara! ¡Dispara!
   —¡Eso hago, pero se me acaban las balas!
   —¡Cambia el arma, idiota!
   —¡Sí, sí!

   Le grité no sé cuántas veces a Takaki, de a poco, comencé a tomarme el juego más personal y no quería que nos vencieran. Pasamos unas 10 etapas sin problemas.

   —¡NOOO! ¡Vamos a perder! ¡Takaki juega bien!
   —¡Ya me dio hambre!
   —¡Solo esta y lo pausamos!
   —Está bien, está bien.

   Disparaba como si de eso dependiera mi vida y Yuya no lo hacía nada de mal. Nos estresamos hasta que logramos vencer la etapa.

   —Ahhh~ ¡Qué divertido fue~!
   —¡Jajaja, lo divertido fue como me gritabas para que cubriera tu espalda y terminabas matándome a mí!
   —¡No seas mentiroso, solo sucedió una vez y tú me mataste como seis veces! —Le golpeé suave en el hombro y él tomó mi mano y la tironeó, para acercar nuestros cuerpos. Tuve su rostro frente al mío y me sonrojé sin querer. —H-hey, ¿Qué haces? —Nuestros ojos se vieron un buen rato.

   Takaki plantó sus labios en los míos y me absorbió con aquel beso. Me sorprendí y sin pensarlo mucho, me dejé llevar por un momento. Su boca se movía lenta pero pasionalmente sobre la mía, era extraño porque si hubiese sido cualquier otra persona, la hubiera apartado, pero era Takaki; La persona que me hacía sentir seguridad e inestable a la vez. Lo besé también e incluso puedo llegar a decir, que sentí su lengua por un minuto. Mi corazón latía rápidamente y mi cara estaba muy sonrojada. Pero de pronto sentí una mano ajena, en mi pierna e instintivamente abofeteé al chico, apartándolo a golpes.
   Nos miramos en silencio y yo sin saber qué había hecho, bajé la mirada y tomé mis cosas rápidamente para irme.

   —¡Yuri!
  
   Me detuve presionando la manilla de la puerta.

   —Lo siento…

   Abrí la puerta y me fui.
   Huí de ahí. ¿Por qué había hecho eso? O ¿Por qué correspondí? Todo fue instinto… Todo fue por experiencias pasadas y aunque Takaki siempre me defendió y nunca me hizo un real daño… mi cuerpo no se deja ser tocado en ese sentido. Es complicado.
   Reflexioné en mi cuarto de la academia. No tenía ganas de ver a nadie e incluso apagué mi celular para no recibir llamadas de él.

   —¿Qué sucedió? —Susurré para mí. —¿Esto también es culpa del secuestro?

   Comencé a sollozar, mientras pensaba en todas las veces que había sido violado por Bossu. Fueron recuerdos que había tratado de borrar, pero al sentir que alguien se acercaba a mí, con esas intenciones, me paralicé y no supe qué hacer. A pesar de ser Takaki… A pesar de ser él.

   Y una vez más, odié a Bossu, por haberme dejado estos recuerdos corporales permanentes. Por haberme secuestrado y violado tantas veces como quiso. Por haber conocido a Takaki en esas circunstancias, porque lamentablemente, es algo que agradezco.
   No tengo ganas de verlo, porque me siento apenado y triste. Me siento confundido y no quiero afrontar esa situación tan incómoda.

   Al despertar del siguiente día, tenía un dolor de cabeza y los ojos bastante hinchados. Me dieron algunas aspirinas pero no se lograba quitar. Me vestí para el ensayo, tratando de borrar todo lo que había sido el día de ayer, aun así, al ver la cara de Omura recordé.

   —Buenos días— Saludé cortés.
   —Buenos — Replicó ella, notoriamente indiferente.
   —Omura-san… Lamento lo de ay—
   —Va a comenzar el ensayo, será mejor que estés atento.
   —¿Eh?

   Su reacción me llenó de tanta rabia, no solía disculparme con las personas y ahora que lo hacía, me ignoraban… Simplemente fui profesional durante todo el ensayo, intentando no explotar en discusiones frente a todos. Al finalizar el día de trabajo, fui directo a mi habitación, totalmente cansado mental y físicamente. Simplemente quería que estos días pasaran pronto, quería mi casa, mi madre, mi soledad.

   Encendí mi celular e inmediatamente comenzaron a llegar las llamadas perdidas y los mensajes de Takaki. No quería leerlos, pero una vez abrí uno, terminé por abrirlos todos.

[SMS]

“Yuri; ¿Estás bien?”
“Yuri; De verdad lo siento, yo… no pensé que reaccionarías así, no era mi intención hacerte daño, por favor, perdóname…”
“Yuri; ¿Estás molesto? ¿Podemos hablar?
“Dime dónde nos podemos encontrar y voy, si quieres vas con alguien de confianza, si no quieres verme a solas”.
“Yuri, no quiero perderte…”
“Por favor, contéstame algo, si quiera que estás bien…”
“Yuri… Lo siento”
“Está bien, si no quieres responder, lo entiendo, pero por favor… dime sólo si estás bien”

   Revisé cada uno, pero mi duda aumentaba aún más ¿Qué le digo? ¿Qué hago en esta situación?

[SMS]

“Estoy bien. Gracias”

   Fue todo lo que le contesté, no supe cómo decirle lo que estaba sintiendo. El instante recibí una llamada de Takaki, suspiré y contesté.

   —¿Uhm?
   —¡Chinen! Lamento llamar, pero no estoy satisfecho con tu respuesta… ¿Realmente está todo bien? Yo… me equivoqué, ni siquiera pensé en lo que hice, yo… yo—Su voz se oía desesperada.
   —Takaki, tranquilo… —Le susurré a punto de llorar. —Estoy bien, no es tu culpa… pero por ahora necesito tiempo, no voy a volver a visitarte, ni quiero que tú lo hagas. Lo siento— Colgué el aparato y volví a apagarlo.

[1 mes después]

   Los días que restaban en Osaka, me transformé en un máquina profesional. La relación con Omura intenté recuperarla antes de volver a Tokyo, en realidad no sé si me perdonó, ni tampoco me importaba, pero hago lo que puedo. Takaki me respetó y no me buscó, me dio mi espacio y yo de a poco, comienzo a hacerme la idea que no lo volveré a ver. La presentación final es este fin de semana y nuestro profesor no está contento con nuestro desempeño, a pesar de que Omura y yo tratamos de ser profesionales, se nota una tensión particular, no quiero que salga mal, por algo tan básico, así que intento ser amable cada día con ella.

   El día de la presentación mi madre me dijo que lamentablemente no podría ir a verme, por un tema de trabajo y mi hermana me dijo algo parecido. Realmente estaba acostumbrado, pero sí, me desilusioné un tanto, ya que era uno de mis primeros solos… me imagino que nunca se puede obtener todo lo que se quiere…
   Al llegar allá, todo era un caos, veía tantos trajes y maquillajes, yo debía cambiarme y maquillarme tres veces. El espectáculo se dividía en tres partes, la primera era “Inocencia” la segunda parte era “La furia” y la tercera era “Vida”. Para iniciar debería vestir pantalón y camisa blancas, como un ballet clásico. En esa parte debía bailar sin Omura, si no que hasta la segunda parte que es donde aparecía ella.

   El show comenzó, yo estaba tras bambalinas esperando la hora de aparecer, mi corazón no paraba de latir, cerré mis ojos y entré al escenario. Mi cuerpo se dejaba llevar por la música y mientras estuve ahí, relacioné que la historia que bailaba, era algo que quería dedicarle a Takaki. La primera parte trataba de un niño que vivía feliz con sus padres, hasta que por un accidente, los mayores fallecieron, dejando al niño huérfano.
   Todo salió bien.
   Al terminar la primera tanda, debía correr a los camarines, para ser maquillado, ahora más dramáticamente. Peinaron mi cabello hacia atrás y ensombrecieron mis cejas y mis ojos, creando una mirada mucho más seria. Pintaron mis mejillas rojas con sombras negras. Mi traje eran harapos negros y rojos. “La furia” trataba de que el mismo niño, comenzó a crecer sin sus padres y a conocer lo que era la vida. Cae en un estado de depresión y rebeldía, pero conoce a una chica con la que comparte sus sentimientos. Ahí es cuando ingresa Omura, que estando vestida muy parecida a mí, me dice antes de que comience la función: 

   —Chinen-kun…
   —¿Uhm?
   —Hagámoslo bien— Me sonrió sinceramente.
   —…—La quedé mirando y sonreí igualmente.

   La música y los movimientos eran contemporáneos y no tan clásicos como en la primera tanda. Pasos más duros y posiciones exageradas. Cuando ingresó Omura, debía bailar al son de mi furia para luego calmarme y pasar a la tercera parte.

   En “Vida” la historia trata de que el chico sueña con sus padres y luego se convierten en mariposas, creando así el amor eterno y sin barreras. La superación a la muerte, hechos naturales con los que debía aprender a vivir. Omura-san era la chica que ayudó al muchacho a superar su estado rebelde y depresivo, ahora compartían una felicidad y un equilibrio en sus vidas. Nuestro vestuario era holgado, yo solo vestía unos jeans y Yuri-san, un vestido café hasta las rodillas.

   Al hacer la última posición, debía levantar bien alto a Omura-san y al hacerlo, vi la ovación de todo el mundo y por un momento creí ver el rostro de Yuya, pero no estaba seguro, ya que luego los focos nos iluminaron por completo, y no veía a nadie del público. Bajé a la chica y nos tomamos de las manos, junto a todos los demás, reverenciándonos frente al público.

   Al volver a los camarines, estábamos todos contentos, el director nos felicitó, diciéndonos que quería repetir la experiencia. Mi corazón latía aliviado de haber hecho las cosas bien, de que con Omura, las cosas no siguieran tensas y me sentía tranquilo con mi desempeño. Me bañé y vestí, para salir de ahí. Todos se irían a celebrar y me estaban invitando. A lo que respondí que debía volver a casa porque mi madre me estaba esperando con una cena por no haber podido ir a verme, lo entendieron. Pero era mentira. Simplemente quería cerciorarme de que lo que había visto, era real o no.

   Al salir de ahí, no vi a nadie parecido al chico y me decepcioné un poco. No sé si realmente esperaba que estuviera allí o no, pero creo que una parte de mí lo deseaba. Salí del teatro, ya era de noche y suspiré. Bajé las escaleras y me percato que había una persona con un traje, un ramo de flores y niño pequeño.

   —Felicidades, Yuri…—Su sonrisa se hizo presente y me ofreció el ramo de flores.
   —¿E-EH? —Aún no reaccionaba ante la escena y luego veo como un pequeño niño de unos 3-4 años se me acercó.
   —Tío, ¿Él era el chico?
   —Sí, él es.
   —Quiero ser como usted… —El muchachito me miró ilusionado y yo sorprendido.
   —¡HAHA! Venga, que ya estás incomodando al tío—Le dijo Takaki al menor. Se acercó a mí y me entregó las flores. —Felicidades, Yuri. Ha sido una gran presentación…
   —Tío ¡Te pusiste a llorar!
   —¡¿EH?! ¡Calla! Takaki agarró el pequeño y lo tomó en brazos, mientras le hacía cosquillas. —¡Dijimos que era nuestro secreto!
   —Lo siento… —Dijo con voz tierna.

   Yuya había llorado con mi presentación, eso me hacía muy feliz, ya que dentro de mi corazón, se la había dedicado a él, sentía que la historia lo representaba y que podía hacerse fuerte, porque la vida continuaba. Era mi forma de demostrarle apoyo, ya que no conocía otra forma.

   —Ah, verdad. Él es mi sobrino, de quien siempre te hablé ¿Recuerdas?
   —A-ah… Sí—Dije, aun atontado por todo lo que estaba sucediendo.
   —¿Quieres que vayamos a celebrar? Te invito a lo que quieras, mi hermana debería pasar a buscar a mi sobrino dentro de poco.

   Lo miré, veía una sonrisa tan sincera, y mi corazón también latía tan pacífico, que simplemente acepté.
   Pasó un auto que tocó la bocina y Takaki llevó al menor dentro del carro. Yo me quedé viendo las flores un momento, sonreí sin darme cuenta.

   —¡Adiós Tío, Adiós amigo de mi tío. Cuando crezca será como tú! —Se despedía con su manita y sus palabras me retumbaban en mi cabeza, creando una sensación de bienestar.
   —¡No me dejaré ganar fácilmente! —Le contesté.
   —¡HAHAHA! ¡Ya quiero ver eso! —Rió Yuya.

   Nos despedimos del chico, mientras se alejaba en el auto y el castaño tomó mi bolso, para llevarlo. Me sonrojé levemente por toda la escena, no esperaba este final del día, pero definitivamente es el mejor.
   Fuimos a comer a un local que estaba en el corazón de Tokyo, cenamos Yakiniku, bebimos algo de alcohol y conversamos de cosas banales, sin tocar el tema sucedido en Osaka.
   Cuando llegó la hora de despedirnos, me ofreció ir a dejarme a casa. Acepté y fue entonces cuando una idea cruzó por mi cabeza y no sabía si era correcta o no, pero debía intentarlo una vez. Quería superar mis miedos, porque no iba a permitir que el fantasma de un violador rondara por mi vida hasta mi muerte; Lo invité a pasar a mi casa. No había nadie, mi madre al parecer se había quedado trabajando. Suspiré.

   —Takaki… sobre la otra vez…
   —¿Eh? Hey, Yuri. No tienes por qué hacerte esto, yo sé muy bien lo que viviste y lo entiendo mejor que nadie…
   —Lo sé… es solo que quiero aclarar algo — Lo miré, tragando saliva.
   —¿El qué?
   —Yo… yo… tú… —Rasqué mi nuca, cerré mis ojos y tomé aire— Creo que me gustas… y no quiero que mi cuerpo te rechace… —mi voz tembló— Quiero superar ese miedo y sólo te permitiría a ti esa confianza…—Susurré.

   Los ojos de Yuya se veían totalmente impactados, no sabía dónde mirar.
   —¿Estás seguro de lo que dices? Yo… no quiero forzarte a nada…
   —¿De verdad? ¡No quiero que la imagen de ese hombre se me venga a la cabeza cada vez que alguien me toca! ¡Jamás tendré una vida normal por su culpa! Quiero intentarlo… ¡No quiero que aparezca en mi mente una vez más! — Dije a punto de sollozar.

   El mayor tomó mi rostro y lentamente me besó en los labios. Tragué saliva durante ese acto y comencé a llorar. Lo abracé por el cuello lentamente, al principio me sentía bastante incómodo, pero de poco, con las caricias que me daba Yuya en mi rostro, me relajé. Nuestros labios se movían de un lado hacia otro, acariciándose como si nunca más lo fueran a hacer. Nuestros cuerpos comenzaban a sentirse extraños y la necesidad de estar más cerca se hacía indescriptible, al menos para mí.

   —Yuri… ¿Crees que llegue alguien ahora?

   Vi en sus ojos, una mirada distinta, algo así como desesperada, creo que él lo deseaba de hace mucho tiempo y no sé cómo tomar eso. Agarré su muñeca y lo subí al segundo piso, llevándolo a mi pieza, cerramos la puerta tras de nosotros y fue ahí, cuando ya no hubo vuelta atrás.

   Nos besamos no sé cuántas veces, de mil maneras hasta caer encima de la cama. Hasta que Yuya lentamente comenzó a correr su besos hacia mi cuello. Me tensé sin quererlo y lamió todo el recorrido desde mi clavícula hasta mi lóbulo, cuando llegó a éste, me murmuró:

   —Relájate, no hay que temer, porque te haré el amor, Yuri.

   Mis mejillas se alumbraron y lo abracé más fuerte, intentando esconderme en algún lugar. Su lengua intrépida tocó todo el contornó de mi oreja y continuó con pequeños besos en mi sienes, en mis cejas, en mi nariz, en mis labios, en mi barbilla, en mi manzana de adán, en mi pecho y  una de sus manos se fue a uno de mis pectorales por encima de la ropa, y ahí fue cuando sentía que el aire no era suficiente. Su otra mano trabajaba bajó mi polo, subiendo y subiendo, sintiendo mi piel electrizada que mantenía por culpa de sus toques. Mi pezón se endureció apenas me tocó con las yemas de sus dedos y jugó con este, hasta que me sacó roncos gemidos. Bajó hasta mi estómago y metió su cabeza bajó mi ropa, subiéndola mientras lamía lentamente todo mi torso. Me quitó la playera y mi piel quedó al descubierto. Le miré a los ojos y él, simplemente me petrificó con la suya. Era tan intensa, tan llena de sentimientos, que me sentía hasta un poco culpable.  Se separó unos segundos de mí, para quitarse el saco y camisa, sonrió ladino mientras mis manos buscaban tocar su piel. Volvió a mí y cuando nuestros torsos se juntaron, una sensación de calidez se apoderó de mí, era exquisita y no quería jamás separarme de ésta. Mi cabeza de poco entraba a un estado de locura, Las imágenes de Bossu fueron suprimidas y reemplazadas por este nuevo concepto que venía conociendo y no quería que nada ni nadie me lo quitara, Son memorias sagradas en este momento.

   Nos acariciamos, le rasguñé suavemente y el continuaba masajeando mis pectorales, robándome grandes suspiros.         Hasta que sentí sus caderas presionar en las mías, lo mordí para evitar gritar por ese movimiento. Mi respiración no estaba bien y mi cuerpo tampoco. Sentía como algo se endurecía en mi parte baja y lo mejor, mi cuerpo aceptaba a Takaki. Movió sus caderas hasta que ambos tuviéramos dos grandes erecciones y fue cuándo le pedí que me ayudara.
   Mientras él me abría el cinturón y la cremallera yo hacía lo mismo con él. Debo reconocer que tenía miedo, no quería bajar su bóxer, no quería ver en realidad, tenía miedo de si no me gustaba lo que sucedería después. Quitó mis pantalones, dejándome en ropa interior, pero comenzó a bajar lentamente entre besos y lamidas, hacía el borde del elástico. Lamió la tela y presionó con sus labios.

   —¡AHH! ¡YUYA! —Le tiré de los cabellos y empuñé fuertemente mis manos.

   Con sus manos, me quitó el bóxer, dejando mi hombría a la vista. Tenía demasiada vergüenza de ver esa escena por lo que desvié mi mirada, simplemente dejándome hacer. Los labios de Takaki eran tan tibios, tan amables, que apenas me comenzaron a hacer una felación todo mi cuerpo se irguió, mi espalda se encorvó. Por su parte, me tomó de las caderas y abría ampliamente su boca, hasta meter mi miembro completamente  en su boca. Una y otra vez, repetía la acción, hasta que mis caderas comenzaron a moverse solas, más y más rápido.

   —¡Ngh! ¡AH!

   Gemía sin querer ser oído por él, pero era imposible. Takaki tenía técnica y me apenaba a veces, pensar que yo era incapaz de darle satisfacción, sin embargo, debo reconocer que se sentía demasiado bien, como para cambiar de roles. Mi clímax llegó, un calor intenso se apoderó de todo mi cuerpo, unos temblores y espasmos hacían que todo mi semen se fuera de lleno en la boca del castaño. Estaba sudando e ido. Mis ojos apenas se mantenían abiertos, veía todo nublado y ya no me importaba gemir fuerte o despacio, simplemente disfrutaba del momento.
   Pensé que después de eso, Takaki se detendría. Pero no. Tomó mis piernas desde mis caderas y las alzó. Lamió desde mi pene, mis testículos, hasta mi ano y fue allí donde se detuvo su lengua. Depositó bastante saliva y masajeó con sus dedos mi orificio. Mis mejillas estaban ardiendo, no sabía qué hacer, no sabía si mi cuerpo lo resistiría, no sabía si es que bossu volvería a mi mente. Quería olvidarlo.

   Takaki bajó sus bóxer y se masturbó un poco más para erectar su pene. Alternaba su mano, de pronto se masturbaba y luego ingresó uno de sus dedos lubricados con su saliva.

   —¡No! —De mi boca, inconscientemente salió.
   —Yuri… Calma… no te haré daño, lo juro…—Me decía, mientras mantenía una lucha constante con mis pensamientos.
   —Yuya… ah~—Su dedo se movía dentro de mí, no sabía cómo sentir aquel toque. Ya que todo lo que había entrado ahí, había sido con violencia, hasta partirme en dos prácticamente.
   —Tranquilo… Chii~— Sin sacar su dedo, me besó en los labios con tanto cariño…

   Me dejé hacer todo lo que más pude, ingresó un segundo hasta un tercer dedo, no gemía, ni suspiraba, solo intentaba centrarme en no recordar a bossu, en diferenciar ambos toques, hasta que lo logré, porque Takaki era tan delicado y cálido, que jamás pensé que tener relaciones podría ser tan agradable.
   Cuando ya estaba relajado, sintiendo sus dedos ingresar y salir, solté unos pequeños suspiros con mis ojos cerrados, pero en un momento, ya no sentía sus dedos y luego sentí algo muy cálido. Era su miembro, ingresando en mi interior con algo de fuerzas, ya que era más formado y grande que solo tres dedos.

   —Ngh…—Encorvé todo mi cuerpo, me aferré de las sábanas hasta el punto de sacarlas. Apreté mis dientes y estiré mi cuello hacía arriba. El falo del castaño no era algo fácil de asimilar. —Takaki… Ahh…
   —Shh…— Comenzó a mover sus caderas, chocando en seco sus gónadas con mi trasero, oyendo aquel sonido particular de cuando tienes sexo. Cada mete-saca era una ola de calor ingresando a mi cuerpo, las paredes de mi ano, se intentaban acostumbrar y lentamente lo abrazaban y presionaban, para hacerle eyacular.

   Yuya soltó unos gemidos roncos, mientras me miraba fijamente. Alzó ambas de mis piernas y las besó, mientras se movía a un ritmo variantemente rápido. Todo iba bien hasta que sentí un líquido tibio dentro de mí. La sensación de cosquilleo me enamoró y gemí aún más fuerte. La mano del mayor, tomó mi miembro y comenzó a masturbarlo, a pesar de que me negué a correrme de nuevo. Lo frotó hasta que unas pequeñas gotas chorrearon por nuestros cuerpos y mis piernas daban saltitos por los espasmos.

   —A-Ahh… Yuya… —Lo ví lamer todo mi semen y me pude evitar reír.
   —¿Por qué te ríes?
   —No es nada… solo qué, me apena ver estas escenas…
   —¿Por qué?
   —No pensé que podría tener una experiencia así, después de haber sido violado…—miré sus ojos totalmente agradecido— Es mi primera vez…
 
   El mayor sonrió y saliendo de mi interior, se recostó a mi lado, abrazándome y besándome en la frente.

   —Siempre hay una primera vez, como nosotros lo deseamos. Te quiero, Yuri… No olvides eso, nos sigamos viendo o no, jamás olvides que lo que acabas de hacer fue con alguien que entregó todo su amor por ti, puro y sincero— Decía, como sabiendo que era lo que necesitaba oír. ¿Sincero o no? No lo sé, pero soy feliz…
   —¿No nos volveremos a ver?
   —Recuerda que soy un prófugo…

   Le quedé mirando y suspiré. Lo abracé y cubrí nuestros cuerpos con algunas mantas. Le comencé a dar pequeños besos en su pecho e incluso algunas mordidas.

   —No me alejaré de ti, huiré de los policías, pero jamás permitiré que alguien vuelva a hacerte daño…
   —No digas mentiras, no quiero oír eso hoy…
   —No lo son… ¿Sabes cuánto me he culpado todo este tiempo?
   —Tus padres fallecieron por mi culpa, no puedes sentirte así.
   —La vida sigue Chinen, ellos están en mi corazón ahora, tú estás aquí, frente a mí y si no los tengo a ellos, ahora tú eres la persona más importante en mi vida. Eso es lo que me has demostrado con el ballet…
   —… —Desvié mi mirada, escondiéndome en su pecho, fue jaque mate.
   —Sólo permíteme estar a tu lado y te demostraré todo lo que te digo.


   —V-Vale…

4 comentarios:

  1. ¡Madre santa! Vo' a llorar, me encantó, me fascinó, es un pinche TakaChii perfecto! ¡Perfecto! Hace tanto no leía uno tan bueno de esta pareja, joder! No manches, jajaja, te quedó genial enserio, lo volveré a leer sin duda, ¿cómo es que no sabía de este? TOT, me encantó todo, de principio a fin, la trama estuvo genial y el final estuvo perfecto, lemon tenia que ser, jaja, lo amé, enserio.

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    1. Me haces tan feliz ♥ jaajaja muchas muchas muchas gracias por tus comentarios u3u

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    2. Aló. ¿Leerás mi comentario de casualidad? Quiero preguntar algo, pero aH.

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